Acné y secuelas de acné


¿Qué es el acné?

El acné es una enfermedad dermatológica de los folículos pilosos y sus glándulas sebáceas. Se produce por secreciones excesivas de esas glándulas que, junto con células de la piel muertas, llegan a taponar el canal de salida del pelo.

El taponamiento de los poros favorece el crecimiento de bacterias y la infección con pus, lo que conlleva al esparcimiento descontrolado del acné. Como consecuencia, se inflama la piel y aparece la lesión activa que a menudo deja cicatrices. Las zonas más propensas a desarrollarlo son cara, espalda, hombros, brazos y pecho.

Se desconoce la causa exacta que lo produce, pero sí se sabe que es multifactorial. Intervienen factores hormonales, hereditarios o genéticos, ambientales y alimentarios. El acné puede afectar a todas las edades, desde el nacimiento hasta la edad madura, incluso por encima de los 40 años.

De todas formas, la edad de presentación más frecuente es en la adolescencia, entre los 12 y 16 años. Esto se debe a los cambios hormonales en ambos sexos y afecta por igual a hombres y mujeres. El aumento de las hormonas sexuales provoca un aumento de la secreción de grasa por parte de las glándulas sebáceas y un engrosamiento de las células epidérmicas de la piel. Posteriormente, las glándulas sebáceas se ensanchan y se taponan, dando lugar a los comedones o puntos negros.

Por último, al acumularse restos de queratina y grasa en los conductos excretores de las glándulas de sebáceas se produce una sobreinfección por una bacteria, el Propionibacterium acnes, que provoca la aparición del grano de acné.

En el caso de los adolescentes el acné tiene gran impacto en los jóvenes porque, además de ser molesto y causar dolor, también les avergüenza estéticamente y les hace más inseguros, pudiendo llegar a retraerles socialmente.

Existe un tipo de acné, el cosmético que afecta más a mujeres y se debe a la utilización de cremas o maquillajes de excipiente graso.

El estrés es otro factor que puede provocar un aumento en los brotes de acné por los cambios hormonales que provoca y, además, puede causar que uno se toque o manipule más las lesiones existentes, dando lugar a una sobreinfección de las mismas junto a lesiones inflamatorias y excoriadas que van a tardar más tiempo en curar.

Tratamiento del acné

Cada vez se están viendo más casos de acné de inicio tardío, pero, en cualquier caso, siempre es necesario un tratamiento médico personalizado en función de la severidad, tipo de acné y edad del paciente, junto con una terapia de apoyo que incluye cuidados cosméticos. El tratamiento debe pretender, además de curar la enfermedad, obtener una curación sin secuelas ni cicatrizales ni psicológicas.

El acné es importante tratarlo cuanto antes para minimizar sus consecuencias siendo las más graves la aparición de cicatrices a largo plazo. Las cicatrices pueden ser de varios tipos y las más profundas acabarán desfigurando la cara y provocando flacidez de la piel.

El tratamiento del acné debe de ser siempre individualizado y realizado por un especialista y puede incluir las siguientes modalidades:

- tratamiento tópico, médico, estético y cosmético
- tratamiento médico por vía sistémica
- tratamiento quirúrgico-manual.

En el tratamiento de cualquier tipo de acné es necesaria una buena limpieza de la piel, con agua y jabón específico para el tratamiento de las pieles acneicas. Es fundamental no tocarse las lesiones para evitar el aumento de la inflamación y la formación de cicatrices.

En los pacientes con piel acneica o tendencia seborreica (grasa) es muy importante la utilización de cremas adecuadas que no lleven excipiente graso, que no sean comedogénicas, preferentemente muy fluidas en excipiente gel, o gel-crema o en excipiente agua en silicona y que además contengan principios activos para combatir el acné (agentes queratolíticos, reguladores del recambio epidérmico, antibióticos, reguladores de la secreción de grasa, agentes antiinflamatorios). Los maquillajes también deben ser siempre libres de aceites (oil-free). Los tratamientos estéticos adecuados a este tipo de piel también ayudan a mantenerla limpia y evitar la obstrucción de los poros.

Junto con las normas higiénico-cosméticas específicas, y siempre bajo estricto control dermatológico, en algunos tipos de acné puede ser necesaria la administración de antibióticos orales y en otros casos, como en mujeres que presentan una alteración hormonal, un tratamiento hormonal. En los acnés más graves con lesiones nodulares y quísticas puede estar indicado un tratamiento oral con retinoides, como la isotretinoína, pero necesita un control médico para vigilar los posibles efectos secundarios (función hepática).

Existen tratamientos novedosos para el acné que combinan peelings químicos o mecánicos (microdermoabrasión) específicos para el acné junto a terapia lumínica (bioestimulación). Los peelings van a renovar las capas de la piel, eliminando progresivamente los tapones córneos y reduciendo el diámetro de las glándulas sebáceas. Asimismo, incorporan agentes bacteriostáticos que ayudan a eliminar el Propionibacterium acnes. Por otro lado, la terapia lumínica de diodos con luz roja y azul es muy útil. La luz roja es antiinflamatoria, disminuye las inestéticas lesiones rojas y además estimula la síntesis de colágeno para evitar la formación de cicatrices. La luz azul tiene una acción bacteriostática directa sobre la bacteria que interviene en el acné.

En algunos casos es necesaria la manipulación quirúrgica de las lesiones para vaciar los comedones, una corrección que debería ser realizada por un dermatólogo.

Las personas que han sufrido acné pueden volver a padecerlo años después de haber realizado el tratamiento, por eso es importante tener en cuenta que los cuidados diarios deberán seguir durante años para evitar nuevos brotes de acné.

Tratamiento de las secuelas del acné

En aquellos pacientes en los que el acné haya producido cicatrices, los peelings y la microdermoabrasión también son efectivos para tratar esta fase.
Además, se llevan a cabo procedimientos como la subsición (para liberar la fibrosis) y relleno de las cicatrices deprimidas con ácido hialurónico y los tratamientos con láser.

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Rejuvenecimiento facial láser


A medida que envejecemos, empezamos a notar los efectos del envejecimiento en nuestra piel, sobre todo en la cara. Aunque esto pueda no parecer demasiado importante para algunas personas, si que lo es para otras que desean conseguir un aspecto más joven. Hay una gran variedad de procedimientos destinados a ayudar en esta materia, así como los liftings faciales quirúrgicos. Muchos pacientes desean evitar las incisiones y el periodo de inactividad asociado con los procedimientos más invasivos. Una de las opciones disponibles para estas personas puede ser el rejuvenecimiento facial con láser. Este procedimiento también puede ser conocido como "peeling con láser", con este procedimiento se pueden reducir las arrugas y se realiza generalmente alrededor de los ojos y de la boca.

El rejuvenecimiento facial con láser es uno de los procedimientos cosméticos más nuevos y su popularidad se está incrementando entre la población. Gran parte de esta aceptación es debida a que el rejuvenecimiento facial con láser tiene algunas ventajas sobre otros métodos de rejuvenecimiento de la piel como un menor sangrado, moretones y molestias. También este método necesita un menor periodo de recuperación gracias a que los láseres modernos son más seguros y suaves de lo que eran en el pasado.

Beneficios del rejuvenecimiento facial con láser
Los beneficios que rodean el rejuvenecimiento facial con láser se centran en la naturaleza menos invasiva del procedimiento. Los problemas de la piel como el acné moderado o severo, las patas de gallo y las arrugas en general pueden verse disminuidos gracias a los rayos láser, ya que éstos eliminan los tejidos de la piel, capa por capa. Con el procedimiento, los vasos sanguíneos se sellan, por lo tanto, se reduce los riesgos de aparición de hematomas, hemorragias y molestias durante el período de recuperación.

Características de los pacientes
Los pacientes ideales para un rejuvenecimiento facial con láser son aquellos que desean mejorar su aspecto a través de un procedimiento relativamente rápido, con un periodo de inactividad limitado. Otras razones para quererse someter al tratamiento pueden ser el aumento de confianza en sí mismos gracias a los resultados obtenidos como un mejor aspecto físico.

Con el tiempo, los pacientes que se someten al tratamiento pierden la timidez y dejan de estar acomplejados ya que poseen una piel más suave y una apariencia más juvenil. Sin embargo, sus objetivos siempre deben ser realistas y deben comprender desde el primer momento que el procedimiento está diseñado para mejorar su aspecto físico, no alcanzar la perfección. Durante la primera visita con tu médico, debes comentar tus razones para querer someterte a este tipo de procedimiento y exponer tus expectativas sobre los resultados esperados.

Debes ser consciente que el rejuvenecimiento facial con láser no es apto para todas las pieles. Para aquellas personas con piel más oscura, se puede requerir de seis a nueve meses para recuperar la pigmentación normal de la piel después de la aplicación del procedimiento. Además, si te estás medicando con alguna sustancia que incremente la cicatrización o sufres trastornos en la piel, no será un buen candidato para este tratamiento. Estas cuestiones deben ser evaluadas por un dermatólogo antes de iniciar cualquier procedimiento.

Procedimiento de rejuvenecimiento facial con láser
Este procedimiento se puede llevar a cabo en el consultorio del médico, en un centro ambulatorio o en un hospital local. En la mayoría de los casos, el procedimiento se puede realizar en un periodo relativamente corto de tiempo. Este periodo puede durar desde unos cuantos minutos a poco más de una hora. Una vez finalizado el procedimiento, al paciente se le permitirá regresar a su casa ese mismo día.

En el tratamiento de rejuvenecimiento facial con láser se utiliza una luz intensa de láser que vaporiza las capas superiores de la piel de las zonas dañadas específicas. El médico va moviendo el láser sobre la piel hasta que alcanza una capa dónde las cicatrices o las arrugas no son tan visibles. La nueva piel con el tiempo reemplazará a la vieja piel y este proceso reducirá considerablemente las cicatrices y las arrugas.

Una vez finalizado el procedimiento, en las zonas tratadas se pueden aplicar unas pomadas o cremas de protección para favorecer al proceso de curación.

El procedimiento, en la mayoría de los casos, se realiza bajo anestesia local, salvo en los casos en los que la cicatrización es más amplia. En esos casos, el médico te puede suministrar una anestesia general para que estés dormido durante el proceso. Una vez el procedimiento ha finalizado se pueden presentar molestias o inflamación en la zona tratada, en ese momento el cirujano puede abordar el problema administrando analgésicos recetados y aplicando bolsas de hielo.

Alternativas al rejuvenecimiento facial con láser
Existen otros procedimientos disponibles para mejorar el aspecto de nuestra piel. Entre las alternativas más comunes podemos encontrar:

Los peelings químicos: Este procedimiento es capaz de eliminar las manchas causas por la edad o las manchas solares que pueden aparecer en las manos y la cara. En estre procedimiento se aplican unos productos químicos sobre la piel que disuelven las capas superiores, disminuyendo así la aparición de irregularidades en la superficie.

La microdermabrasión: Este procedimiento puede ser utilizado para eliminar las imperfecciones superficiales de la piel. Este es un procedimiento un poco más invasivo que el peeling químico ya que implica el uso de cristales de arena diminutos destinados a eliminar la capa superior de la piel.

Periodo de recuperación
El paciente necesitará una semana para recuperarse, después del procedimiento. Como consecuencia del tratamiento, es normal que la piel se mantenga de un color rosáceo o en algunos casos de color rojo, durante las próximas semanas, por ese motivo algunos pacientes se aplican un maquillaje para cubrir esos cambios de color. Sin embargo, durante la primera semana, es aconsejable que no se aplique maquillaje sobre las áreas tratadas. Una vez ha pasado la primera semana, el paciente es libre de aplicarse este maquillaje para cubrir la piel enrojecida hasta que ésta vuelva a su color natural. Igualmente, deberías consultar con tu médico este tema. Habitualmente el doctor que te realice el tratamiento, después de la operación, te explicará unas pautas específicas que debes seguir. Nunca debes arrancar las costras que se formen a causa del tratamiento, ya que esto puede dejar cicatrices en la zona. Cualquier formación de costras deberá desaparecer al cabo de diez días de haberte sometido al procedimiento.

Riesgos relacionados con rejuvenecimiento facial con láser
En todos los procedimientos quirúrgicos, el paciente se expone a un cierto riesgo. Los pacientes deben ser conscientes de que aunque en el rejuvenecimiento facial con láser los riesgos son mínimos, siempre puede haber algunos cambios en la pigmentación en algunos casos, incluso permanentes, cicatrices y quemaduras causadas por el láser. El cirujano también puede provocar una lesión en la piel si realiza el procedimiento a demasiada profundidad. En este tipo de tratamiento, la infección, es muy poco habitual. En otras posibles complicaciones, que generalmente son temporales podemos nombrar la ternura o sensibilidad de la piel tratada y los ligeros cambios en la pigmentación.

Cuestiones que puedes tratar con tu médico durante la primera visita

En la primera visita con el médico, éste debe presentarte un plan de tratamiento y responder a cualquier pregunta o duda que tengas con respecto al tratamiento como el periodo de recuperación, los beneficios y las expectativas realistas que puedes tener acerca de los resultados.

Algunas de tus preguntas podrían ser las siguientes:
  • ¿Qué método es el mejor tratamiento en mi caso y por qué?
  • Razonablemente, ¿Qué resultados puedo esperar y cuáles son las políticas con respecto a la repetición o la corrección de los procedimientos que no cumplen con las expectativas acordadas?
  • ¿Cómo y dónde se va a llevar a cabo el procedimiento? ¿Se trata de una instalación acreditada?
  • ¿Cuáles son mis opciones de anestesia?
  • ¿En qué consiste el periodo de recuperación?
  • ¿Cuál es el nivel de experiencia del cirujano (cuántos procedimientos ha realizado durante el último año)?
  • ¿Qué porcentaje de pacientes sufren complicaciones durante el tratamiento y cuáles fueron esas complicaciones?
Podrías pedir referencias de los pacientes tratados y contactar con alguno de ellos para saber de primera mano su nivel de satisfacción con respecto al procedimiento que le han practicado. Además, en esta primera visita debes informar a tu médico acerca de cualquier condición médica, alergias o medicamentos que estés tomando.

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